'Times Square can't shine as bright as you'

jueves, 26 de marzo de 2015

Spaces

Su respiración pausada hacía el silencio de la sala aún más ensordecedor de lo que ya era. Aquella noticia había causado el silencio y la desesperación que inundó a aquella tímida chica que supo su primera risa verdadera con aquel grupo de chicos totalmente desconocidos para ella.
Quería llorar. Quería gritar hasta que sintiera el mismo dolor físico que emocional. En un mísero instante había vuelto a aquel círculo negro que antes la rodeaba. La necesidad de apaciguar aquella cólera instantánea emanó de ella como nunca lo había hecho. Aunque el sentimiento fuera casi desconocido para ella, lo recibió como un viejo amigo para dejarlo actuar en toda ella como un perfecto igual.
Quería, sentía que sus pulmones debían sangrar de la misma forma -literal- que lo hacía su corazón en ese momento. Las sienes le palpitaban incluso más fuerte que su órgano principal. Sentía que su piel ardía sobre la sangre que éste bombeaba. Necesitaba calmarse, calmarlo.
Levantó los ojos de sus muñecas prácticamente como papel cortado y vislumbró la foto de aquel grupo de chicos y pensó en todas la veces que esa foto había evitado que ella llorara y la idea de que esa misma foto la hacía llorar ahora, fue una ironía que decidió no tomar. No estaba preparada. Nunca lo había estado a pesar de todas las veces que su mente le había debatido la posibilidad de uno de ellos dejándola. Y ahora estaba pasando mientras ella creía que aquella ridícula situación podía ser una completa farsa.
Volvió, por otra vez, a leer el artículo que confirmaba lo que la había puesto en esa situación en primer lugar. Era como si todo su cuerpo, cada parte en sí misma, hubiese aceptado el hecho de que uno de ellos sí que la estaba dejando; mientras que aquel conjunto, ahora de completos nervios y palabras indefinibles, no acababa de procesar las palabras que aparecían en la pantalla del ordenador.
La incredulidad ya no llenaba sus ojos apenas, sin embargo algo más profundo empezó a formarse en el fondo de éstos. Algo tan amargo casi como la pura rabia tras una traición. Y es que eso sentía ella. Como una llamarada incendiando lo que le había costado tanto crear.
¿Y las promesas? ¿Qué fueron de ellas? ¿De los momentos? ¿Tiene que ser algo más que esto, verdad? ¿Simplemente las pequeñas cosas desaparecieron? ¿Cambiaste tu mente sobre todo?
Tantas preguntas con tan pocas respuestas. Dónde irá mi corazón ahora, si está roto, mientras el espacio entre nosotros se hace más grande cada vez.
La chica sentía que, de alguna forma, esas preguntas iban a perecer ahí, en el aire.
Pero una de ellas sí tendría respuesta en contra de las otras: ¿Podemos empezarlo todo de nuevo?

(cc)

jueves, 12 de marzo de 2015

XXVI

Para qué negar que echo de menos
las lágrimas rozando mi mejilla
y su sabor a corazón roto y dolor.
Para qué negar que por mucha lucha
siempre seré aquella chica insegura
que sueña con que alguien 
se enamore de sus defectos,
para ella está completa, y perdida
en la cuenta de los que son.
Sueña con el amor que vio en una novela,
cuando aprendió a dejar de lado
lo que su corazón le decía.
Ahora, la melancolía y la penumbra la invaden,
buscando hueco y alma que arruinar.
Para qué negar que eso es lo único para ella.

(cc)