Ha empezado a
llover y
mientras miraba por
la ventana
sentí el vacío del
invierno pasado.
Sentí el aire
llenándome los
pulmones y
alimentando el frío
de mi alma.
Quizás es que me
dé miedo,
no sé; quizás es
que la lluvia me hizo
acordarme de aquel
viernes.
No lo sé; porque
últimamente no sé
absolutamente nada,
y estoy tan
perdida que te echo
de menos.
Puede que me sienta
harta, o
puede que en el
fondo quiera recordar
cada viernes que
pasé contigo. No sé.
Pero la lluvia me ha
recordado a ti
y a tu sonrisa,
incluso me recuerda
al nudo que tenía
en el estómago
cada vez que salía
contigo.
No sé, quizás
fuese el miedo
a no ser suficiente,
a ser más como soy
y menos como son,
tan perfectos.
Aún llueve un
poco, y
la nostalgia también
se aleja. Puede que,
a partir de ahora,
sólo sea capaz de llorarte
con la lluvia, y no
con el corazón.
Como siempre has
querido.
(cc)