'Times Square can't shine as bright as you'

martes, 24 de octubre de 2017

Ella: Soledad

       Le he escrito poemas
a mucha gente, a muchas cosas
a muchos bancos
para no llorar unas lágrimas
que me daba miedo llorar.
Le he dedicado poemas
a tantos momentos que nunca
soy capaz de recordar cuál
me ha estremecido al recordarlo
un domingo de noche.
He escrito sobre rosas
tantas novelas como tus labios
me han permitido
y he perdido tantos inicios de poemas
como tu arco de Cupido
me ha permitido.
He escrito tanto sobre tus ojos
que se me ha olvidado de qué color son los míos,
que se me ha olvidado
qué se siente al encontrar una mirada
perdida.
Y sé que has dejado de quererme,
sé que has dejado de pensar
en mi
cada noche cuando te quedas en vela
porque no te puedes dormir.
Sé que ya no soy quien esperas
que se gire en mitad de una clase y
te sonría, porque piense que
nadie la está mirando.
Sé que ya no tienes la intención
de esperar un bus que no vamos a coger,
ni la de buscarme entre clases.
Porque no me lees;
y de hecho, espero que no lo hagas,
que nunca aprietes el link en tu pantalla
y que nunca leas este poema.
Espero que nunca lo vuelvas a hacer.
Y si lo haces, por favor
no me tengas en cuenta
el hecho de que he escrito más de un poema
en mitad de la noche,
porque he cerrado el sobre que llevaba
tu nombre,
lo he puesto en el montón de recuerdos
que espero nunca tenga que abrir
porque piense que el mundo no es mío.
He escrito poemas
a tanta gente, a tantas cosas
a tantos momentos
pero ninguno,
ninguno de ellos me ha puesto
los pelos de punta
como los que le he dedicado a ella.

(cc)


martes, 10 de octubre de 2017

XLVIII; despedida

      La piel que nunca pude tocar
el beso que nunca pude tener
la fiesta que nunca logré decir adiós
las preguntas sin responder y la
ventana abierta.
No te pido que me esperes, nunca,
ni que lo dejes todo
para conocer a un alma perdida
rescatada por una mirada sabor amarillo;
pero prométeme que no olvidarás la fuerza
con la que sujetabas mi mano,
el rubor de mis mejillas con solo verte;
que nunca olvidarás cómo nos conocimos
y cómo nos desconocimos.
      Y me jode escribir en plural.
Me jode porque nunca supe lo que
tu corazón me susurraba,
porque me pedías que no lo descifrase:
ahí, noté el corazón roto de alguien que nunca
se ha vuelto a abrir.
      Todo sobraba:
las luces, la gente, el sonido
los accesorios.
Todo sobraba porque te había encontrado,
y me jodía la inmensa incertidumbre
de no saberte.

(cc)